Un destacado líder socialista ha manifestado su intención de promover un modelo de financiación en el que se incluyan criterios de «población ajustada». Este enfoque busca dar un mayor peso a factores como la dispersión geográfica y el envejecimiento de la población en el reparto de recursos, en un intento por equilibrar las desigualdades entre las distintas regiones. Según el líder, no se debería permitir que las decisiones políticas estén condicionadas por las demandas de líderes como Carles Puigdemont, lo que podría repercutir negativamente en territorios que sufren estos desafíos demográficos.
El barón socialista subraya la importancia de desarrollar un modelo que refleje fielmente las necesidades reales de cada comunidad, considerando las particularidades locales como criterios clave en la asignación de fondos. Esta propuesta surge en un contexto donde las demandas de independencia de Cataluña y su gestión están provocando tensiones en el escenario político nacional. La crítica va dirigida a evitar que las concesiones políticas hacia regiones específicas acaparen el debate y comprometan la equidad en la distribución del financiamiento estatal, afectando a otras comunidades que enfrentan sus propias dificultades.
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