El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mostró su apoyo a la ONG Open Arms, especializada en el rescate de migrantes en el Mediterráneo, en claro contraste con las recientes críticas del líder de Vox, Santiago Abascal. Sánchez defendió que «defender España es defender la vida», enfatizando la labor humanitaria de la organización en su cuenta de X. Por su parte, Abascal calificó al barco de Open Arms como un «barco de negreros» y pidió medidas drásticas como «confiscarlo» y «hundirlo», comentarios que desataron una oleada de reacciones desfavorables desde el Gobierno.
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, así como otros miembros del gabinete, condenaron las afirmaciones de Abascal, tachándolas de inhumanas y discriminatorias. Redondo calificó su posición como ilegítima en el marco de la democracia y la convivencia, mientras otros ministros expresaron su rechazo al «discurso de odio» del líder de Vox. Open Arms, a su vez, se mantuvo firme en su misión humanitaria, afirmando que convertirse en objetivo del odio es «un orgullo», y reiteraron su compromiso de seguir adelante frente a la adversidad.
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