En una rueda de prensa en Ferraz, Pedro Sánchez ha adoptado un tono desafiante al abordar la crisis tras el escándalo de corrupción en el que figuran su ex número tres, Santos Cerdán, y otros dirigentes. Sánchez ha desafiado a Alberto Núñez Feijóo a presentar una moción de censura, asegurando que entregarle el país a una coalición del PP y Vox sería una irresponsabilidad debido a sus propios problemas de corrupción. Además, Sánchez ha reafirmado su compromiso con la integridad del gobierno, destacando que un adelanto electoral podría costarle el poder y defendiendo su historial de siete años como presidente. Durante las reuniones con sus socios, ha descartado la posibilidad de elecciones anticipadas, enfatizando la estabilidad del país y su negativa a ceder ante las peticiones internas de convocatoria electoral.
En la ejecutiva federal del PSOE, Sánchez ha anunciado un equipo de transición que gestionará la organización del partido hasta el Comité Federal el 5 de julio en Madrid, debido a la situación provocada por las acusaciones contra Cerdán. Con un enfoque en reformas internas, el equipo interino liderado por Cristina Narbona y otros dirigentes busca reparar el daño causado por los casos de corrupción y reforzar la mayoría parlamentaria. Santos Cerdán ha renunciado a su escaño y a la militancia, mientras el PSOE ha procedido con la expulsión de José Luis Ábalos por el caso Koldo, culminando así una serie de medidas para distanciarse de las irregularidades. Sánchez ha insistido en que no habrá elecciones anticipadas, comprometido a completar la legislatura y protegendo sus logros como líder del gobierno progresista.
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