En un acalorado debate parlamentario sobre corrupción, el jefe del Ejecutivo confesó que llegó a considerar seriamente la posibilidad de abandonar su cargo debido al impacto negativo de los escándalos en su gobierno. Durante su intervención, subrayó la importancia de abordar de manera decidida este problema para recuperar la confianza de la ciudadanía y fortalecer las instituciones democráticas. Este reconocimiento público de la magnitud del problema marca un punto de inflexión en la gestión política de su mandato, revelando el desgaste personal y profesional que ha provocado esta situación.
Con un enfoque constructivo, el mandatario presentó un ambicioso plan nacional de lucha contra la corrupción, que incluye 15 medidas concretas destinadas a erradicar prácticas corruptas y promover la transparencia. Entre las iniciativas destacan la creación de un órgano independiente de supervisión, el fortalecimiento de la legislación existente y el impulso de programas educativos centrados en la ética y la integridad. Estas propuestas buscan no solo combatir la corrupción, sino también prevenirla, promoviendo una cultura de responsabilidad y transparencia en todos los niveles de la administración pública.
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