El Girona había desafiado el relato del estilo del Barcelona en la campaña pasada, apoderándose de los dos derbis catalanes con victorias contundentes (2-4 y 4-2). Estos resultados provocaron un marcado descontento en la directiva azulgrana, con el presidente Joan Laporta molesto por las derrotas y cuestionando la capacidad de Xavi Hernández como entrenador. Fue entonces cuando Hansi Flick tomó el mando, logrando con su nuevo enfoque darle la vuelta a la situación. El cambio en el banquillo se reflejó en una victoria aplastante del Barcelona sobre el Girona (1-4), celebrada tanto por Laporta como por el vestuario.
En el terreno de juego, Pedri mostró una notable cercanía con Flick, llegando incluso a celebrar un gol abrazando al técnico alemán, un gesto que destacó la sintonía entre ambos. Pedri contrastó el nuevo enfoque de Flick con el estilo del Barcelona de la temporada pasada, resaltando la mejora en la preparación física y la consistencia del equipo durante los partidos. Lamine Yamal también se ha destacado bajo la dirección de Flick, acumulando goles y asistencias y siendo crucial en la presión alta del equipo. Mientras tanto, el técnico alemán prefiere mantener la prudencia, insistiendo en la importancia de la preparación y el progreso continuo.
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