La controversia entre Paz Padilla y comerciantes de Zahara de los Atunes por el uso del símbolo de la raspa de pescado ha escalado tras las acusaciones de una dependienta de una tienda local. En una entrevista, la trabajadora explicó que la humorista llegó a su establecimiento acompañada de otra mujer para grabar los productos en exhibición. Durante este encuentro, Padilla le habría advertido que debía retirar de inmediato todas las prendas con esa imagen, argumentando que le pertenecía como parte de su marca, Noniná, y amenazando con llevar el asunto a los tribunales si no se cumplía su exigencia.
La dependienta también narró cómo Padilla no solo grabó los artículos, sino que también se refirió a su propia vestimenta, señalando que llevaba una camiseta con la misma raspa. Este testimonio surge después de que los abogados de Padilla intentaran mediar en el conflicto, afirmando que se habían buscado soluciones de forma amistosa, una afirmación que contrasta con el relato de la empleada y complica aún más la situación entre la humorista y los comerciantes locales.
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