En un hecho histórico, una ciclista francesa ha conquistado la ronda gala, algo que no ocurría desde hace 35 años, marcando un hito en el ciclismo femenino del país. Con 12 títulos mundiales en su haber, su desempeño en la competición fue apoteósico, consolidándose como una de las figuras más destacadas del deporte en Francia. La reciente victoria no solo suma a su impresionante carrera, sino que también inspira a una nueva generación de ciclistas en busca de éxitos similares en el mundo del ciclismo internacional.
Este año ha sido particularmente exitoso para ella, ya que también triunfó en la prestigiosa París-Roubaix, una de las pruebas más emblemáticas y agotadoras del ciclismo. Este logro resuena aún más al considerar que su pareja, el ciclista neerlandés Dylan Van Baarle, también obtuvo la victoria en la misma competición. Juntos, ambos deportistas han destacado en sus respectivas carreras, simbolizando la dedicación y el esfuerzo que conlleva alcanzar la cima en el desafiante deporte del ciclismo.
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