El mundo de la ciencia se despide de Manuel Elkin Patarroyo, el renombrado científico colombiano que dejó una huella imborrable en la lucha contra la malaria. A finales de los años 80, durante un congreso de parasitología en México, sorprendió a la comunidad científica internacional al anunciar una prometedora vacuna contra el Plasmodium falciparum, el parásito causante de la malaria. Utilizando una plataforma innovadora basada en péptidos sintéticos, Patarroyo logró demostrar en publicaciones de prestigio que su vacuna podía ofrecer protección, aunque parcial, a monos y seres humanos. Este descubrimiento desencadenó una serie de ensayos clínicos en Colombia y otros países de América Latina. Sin embargo, la metodología de estos estudios fue cuestionada por expertos de la Organización Mundial de la Salud debido a la falta de consistencia en los resultados observados en diferentes regiones del continente africano.
Pese a que la vacuna SPf66 de Patarroyo nunca logró consolidarse como una solución viable debido a las variaciones en su eficacia y calidad, su trabajo pionero fue crucial para abrir nuevos caminos en el desarrollo de vacunas contra la malaria. Su enfoque visionario no solo desafió las convenciones científicas de su época, sino que también inspiró a futuras generaciones de investigadores. En Colombia, Patarroyo estableció importantes centros de investigación, formando a destacados científicos que continúan su legado a nivel global. Mientras las vacunas actuales contra la malaria avanzan en su implementación en África, el conocimiento acumulado a partir del trabajo de Patarroyo sigue siendo invaluable. A pesar de las controversias que marcaron su carrera, su impacto y contribución a la ciencia son incuestionables, dejando tras de sí un legado que continúa salvando vidas.
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