En una elección sin precedentes, los ciudadanos participaron en un acto democrático de gran relevancia al elegir por voto directo a jueces, magistrados y ministros. Este innovador proceso busca fortalecer el sistema judicial otorgando a la población la oportunidad de influir directamente en la conformación de las instituciones. La jornada electoral fue marcada por una alta participación, reflejando el interés ciudadano en ejercer un control más directo sobre quienes imparten justicia y garantizan la aplicación de la ley en sus respectivas jurisdicciones.
Este ejercicio, considerado pionero en materia de justicia electoral, podría establecer un precedente para otras democracias alrededor del mundo. Los críticos, sin embargo, expresan preocupaciones acerca de la politización de estos cargos y la posible influencia de campañas electorales sobre la integridad de los candidatos. A pesar de estas inquietudes, muchos consideran que el nuevo sistema representa un paso significativo hacia una mayor transparencia y rendición de cuentas dentro del poder judicial, aumentando la confianza pública en las decisiones y acciones tomadas por esta rama del Estado.
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