Las autoridades australianas han imputado por espionaje a Kira Korolev, soldado raso del ejército australiano, y a su esposo Igor, ambos de origen ruso. La pareja, residente en Brisbane, fue detenida por acceder a material militar sensible con presunta intención de entregarlo a Moscú. Korolev trabajaba como técnica de sistemas de información, y había viajado a Rusia sin declararlo. La pareja, ciudadana australiana desde hace pocos años, enfrenta posibles condenas de hasta 15 años de prisión, sin que el Kremlin tenga información concreta sobre el caso.
Leer noticia completa en 20minutos.