El bullicio de los Sanfermines regresó con toda su intensidad a la Plaza Consistorial de Pamplona, donde una multitud de locales y visitantes se congregaron para celebrar el tradicional chupinazo, marcando así el inicio oficial de los festejos. La alegría palpable en el aire se reflejaba en los rostros de los asistentes, mientras litros de bebida fluían y contribuían a la atmósfera festiva que caracteriza este evento. El jolgorio se extendía por las calles adyacentes, donde la unión entre distintas culturas y generaciones se hacía evidente, resaltando el espíritu inclusivo de la festividad.
La celebración no estuvo exenta de rituales tradicionales, como el lanzamiento del cohete que marca el comienzo de la semana más esperada en Pamplona. Bajo la vigilancia de las autoridades locales, los participantes, vestidos en su mayoría con el característico atuendo blanco y pañuelo rojo, bailaban y cantaban al unísono, simbolizando la hermandad y el entusiasmo compartido. Las medidas de seguridad se reforzaron para garantizar el bienestar de los asistentes en medio de la multitud, mientras la ciudad se prepara para acoger una serie de eventos que abarcan desde las famosas corridas de toros hasta música en vivo y actividades culturales.
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