En consultas dermatológicas, se ha observado una creciente correlación entre la salud mental y problemas de piel como la dermatitis, psoriasis y piel atópica, según la investigación de una especialista destacada en el campo. Esta asociación se manifiesta cuando el estrés y la ansiedad exacerban los síntomas de estas condiciones cutáneas, destacando la importancia de abordar la salud mental como una parte integral del tratamiento dermatológico. La piel, siendo el órgano más extenso del cuerpo, refleja a menudo el estado interno de las personas, convirtiéndose en un indicador visible de condiciones psicológicas subyacentes.
El estrés no solo exacerba problemas dermatológicos, sino que también es un factor determinante en el envejecimiento prematuro, acelerando procesos de deterioro celular que se reflejan en la apariencia externa. Este hallazgo subraya la necesidad de estrategias de manejo del estrés como parte de un enfoque holístico para el bienestar general y el cuidado de la piel. Los profesionales de la salud están cada vez más conscientes de esta interconexión, promoviendo prácticas que integren el cuidado mental y físico para mejorar los resultados en pacientes que sufren de estas condiciones.
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