El Ayuntamiento de Palma ha decidido rechazar la instalación de un parque de 2,800 paneles solares en la zona protegida de Son Quint, recientemente adquirida por el gobierno municipal del Partido Popular (PP) con la intención de preservar su valor ambiental. La decisión, rubricada por la Junta de Gobierno y alineada con el alcalde Jaime Martínez, refleja un cambio de dirección respecto a la administración anterior, que era más favorable a las grandes instalaciones fotovoltaicas en terrenos rústicos. Este rechazo se basa en un informe desfavorable emitido por la Concejalía de Urbanismo, que subraya la importancia de mantener Son Quint como un área destinada a convertirse en un bosque metropolitano para la capital balear, conservando así su interés forestal y paisajístico.
Pese a la propuesta de los anteriores propietarios, que incluía la restauración de una cantera abandonada mediante la instalación de paneles solares y prometía un impacto visual mínimo, las restricciones de uso del terreno, calificadas como suelo rústico protegido, han prevalecido. La parcela, que se extiende por casi 289 hectáreas, solo puede destinarse a usos agrícolas, ganaderos y forestales, lo que deja fuera de consideración cualquier proyecto de parque fotovoltaico. En consecuencia, la Junta de Gobierno ha desistido de la solicitud de autorización administrativa previa y ha comunicado su decisión al Govern balear. Esta política de protección y uso responsable del suelo se enmarca dentro de la postura del concejal de Urbanismo, Óscar Fidalgo, que no planea aprobar nuevas instalaciones fotovoltaicas en terrenos rústicos tras la reciente caída del Plan General en su parte detallada.
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