La ejecución de los fondos europeos de recuperación sigue tardando en alcanzar su plena velocidad. A finales de 2023, los países de la UE solo habían utilizado un tercio de los fondos asignados y logrado menos del 30% de sus hitos y objetivos. Este ritmo lento ha suscitado preocupaciones sobre la capacidad de cumplir con las reformas e inversiones planificadas para 2026. España, aunque con retrasos, presenta un desempeño mejor que la media, alcanzando el 29% de los hitos y el 46% del financiamiento desembolsado. Factores externos como la escasez de suministros y la inflación, exacerbados por la guerra en Ucrania, han provocado estos retrasos. La Comisión Europea y el Tribunal de Cuentas de la UE han alertado sobre los riesgos de acumulación de estos retrasos, que podrían dificultar aún más la ejecución en los próximos años.
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