En un intento por poner fin a la prolongada guerra civil en Siria, ministros de Exteriores de cinco países árabes, junto con Turquía, Irán y Rusia, se reunieron en Doha para buscar una solución política al conflicto que se ha extendido por casi 14 años. Este encuentro ocurre mientras las fuerzas opositoras avanzan hacia Homs, tras la retirada de las tropas del régimen sirio liderado por Bashar Asad. El comunicado emitido tras la reunión no menciona a Asad directamente, pero destaca la necesidad urgente de una solución política que evite un mayor derramamiento de sangre y proteja al país del caos y el terrorismo. La situación en Siria se ha deteriorado al punto de dividir el país en zonas controladas por fuerzas del régimen, islamistas, el Ejército Nacional Sirio respaldado por Turquía y milicias kurdas apoyadas por Estados Unidos.
Los ministros discutieron la importancia de reforzar la cooperación internacional para aumentar la ayuda humanitaria a las regiones afectadas en Siria, asegurando su acceso sin obstáculos. Además, subrayaron la necesidad de preservar la soberanía, unidad y estabilidad del país, evitando que caiga en manos del terrorismo. Enfatizaron la importancia del retorno voluntario de refugiados y desplazados, y la implementación de medidas que satisfagan las aspiraciones del pueblo sirio en términos de seguridad, estabilidad y justicia. Esta reunión refleja un consenso sobre la gravedad de la crisis siria y el peligro que representa para la seguridad regional e internacional, lo que demanda una respuesta política integral y concertada.
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