En un discurso que apunta a fomentar la cohesión política y social, el presidente de Castilla-La Mancha, ha lanzado una advertencia a los principales partidos políticos de España, el PSOE y el PP, sobre la importancia de no instrumentalizar la Transición como un recurso de enfrentamiento partidista. En un acto reciente, el líder regional instó a evitar que la historia se convierta en un motivo de división, subrayando que la celebración de la Transición no puede hacerse «la mitad contra la otra mitad» ni utilizarse «como un arma arrojadiza». Esta postura se enmarca en un llamamiento más amplio para recordar y reconocer el período histórico con el respeto y la unidad que merece, en lugar de permitir que se convierta en un punto de discordia en el espectro político actual.
El mensaje llega en un contexto de continuas tensiones entre las principales fuerzas políticas del país, donde la reinterpretación histórica y el uso de eventos pasados como herramientas políticas se han convertido en prácticas recurrentes. Al subrayar la necesidad de un enfoque más integrador, el presidente de Castilla-La Mancha busca tender puentes entre los distintos sectores de la sociedad y recordar que la Transición fue, en esencia, un esfuerzo colectivo que no debería ser usado para fracturar el presente político. Su intervención podría verse como un esfuerzo por desescalar los ánimos y promover una celebración más unificada y constructiva de uno de los hitos más significativos de la historia reciente de España.
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