El presidente de Castilla-La Mancha ha manifestado una postura firme respecto a la situación política actual en España, subrayando la necesidad de restaurar la confianza en el Congreso de los Diputados. En sus declaraciones, enfatizó que esta recuperación de confianza no debería lograrse mediante concesiones a las demandas de los partidos independentistas, las cuales calificó de «chantajes». La declaración se produce en un contexto de creciente tensión política en el país, donde las negociaciones y acuerdos con partidos independentistas han sido temas polémicos y divisivos.
La crítica del presidente autonómico pone de relieve la complejidad de las relaciones entre el gobierno central y las fuerzas políticas regionalistas e independentistas. Ante este panorama, el líder manchego sugirió que, de no lograrse una solución que no implique someterse a presiones de sectores independentistas, podría ser necesario convocar elecciones generales. Esta postura se suma a las voces que abogan por un cambio en la estrategia parlamentaria española, buscando una gobernabilidad más estable y menos dependiente de pactos considerados problemáticos por algunos sectores políticos.
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