En un rincón del centro psiquiátrico Doctor Rodríguez Lafora, una pequeña revolución verde está en marcha. Pacientes de la Unidad de Cuidados Psiquiátricos Prolongados se sumergen en el programa de Terapia Ocupacional, transformando terrenos y vidas a través del cultivo de hortalizas y frutas.
Este proyecto, que ha florecido por segundo año consecutivo, va más allá de simplemente cosechar pepinos, pimientos, tomates, calabacines, berenjenas o melones. Su esencia reside en sembrar bienestar, autoestima y habilidades sociales, según destacan los profesionales que lo lideran. Aquí, el crecimiento de las plantas es sinónimo de progreso personal y colectivo, en un ambiente donde no hay lugar para la competencia, solo para la cooperación.
El contacto con la naturaleza se convierte en una terapia silenciosa y efectiva para personas con trastornos mentales graves. Al observar el ciclo natural de las plantas, los participantes aprenden sobre dedicación, esfuerzo, constancia y paciencia; valores que trascienden el huerto y se integran en su vida diaria.
El proyecto no solo impacta a quienes directamente participan en el cultivo. La curiosidad y el interés se extienden incluso a aquellos pacientes que no están involucrados, fomentando un ambiente de comunidad y apoyo mutuo. Este huerto terapéutico es una muestra viva de cómo el cultivo también puede ser una vía para el cuidado personal y comunitario.
El Doctor Rodríguez Lafora ha conseguido crear más que un espacio de cultivo; ha dado lugar a un ecosistema de salud y cooperación, donde cada brote nuevo es un recordatorio de que cultivar es, en esencia, una forma de cuidar.