El periodista hispano-ruso Pablo González ha revelado que durante su encarcelamiento de casi dos años y medio en Polonia, fue amenazado y presionado, incluso sugiriéndole el suicidio, mientras se encontraba bajo acusación de espiar para Moscú. Detenido en febrero de 2022 mientras cubría el conflicto en Ucrania, González denuncia que le privaron de contacto con su familia y defensa durante los primeros nueve meses y que su prisión preventiva se prolongó sin un juicio concreto ni pruebas claras. El periodista fue liberado el 1 de agosto como parte de un intercambio de prisioneros entre Rusia y Occidente, señalando que su acusación se basó principalmente en su doble nacionalidad rusa y española. González critica que las autoridades polacas lo presionaron para que admitiera culpabilidad, lo que según él, evidenció la falta de pruebas en su contra.
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