El icónico Ozzy Osbourne se despidió de los escenarios en un emotivo macroconcierto celebrado en el estadio Villa Park de Birmingham, y lo hizo junto a Black Sabbath, la banda que marcó el inicio del heavy metal. Ante la presencia de decenas de miles de seguidores, el evento reunió a importantes grupos como Guns N’ Roses y Metallica, quienes rendían homenaje a una de las figuras más influyentes de la música. Osbourne, visiblemente emocionado y sentado en un trono ‘heavy’, agradeció a su público por su apoyo mientras lidiaba con problemas de salud, incluyendo el mal de Párkinson, que lo ha mantenido alejado de los escenarios.
El concierto no solo estuvo marcado por la actuación de Osbourne, quien interpretó cinco éxitos de su carrera, sino también por la inclusión de otros pioneros del rock. Los miembros originales de Black Sabbath, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward, subieron al escenario en un reencuentro que celebró su legado musical, finalizando con la emblemática «Paranoid». A sus 76 años, Osbourne anunció que no tiene planes de volver a realizar presentaciones en vivo, aunque dejó entrever la posibilidad de seguir creando música en estudio.
Leer noticia completa en 20minutos.