Sumar ha decidido retirarse del boicot que había apoyado inicialmente. La decisión se produce tras una serie de deliberaciones internas en las que se analizaron las posibles repercusiones políticas y sociales del boicot. El grupo político, que en un comienzo mostró su respaldo manifestando su compromiso con las causas que el movimiento representaba, reconsideró su posición ante el creciente debate público y las críticas que comenzaron a surgir tanto entre sus filas como en la opinión pública.
Esta marcha atrás refleja un intento de Sumar por mantenerse alineado con su base electoral y evitar divisiones internas que podrían afectar su cohesión. La estrategia busca mitigar cualquier impacto negativo en su imagen y asegurar que sus futuros movimientos políticos se interpreten como equilibrados y meditados. A pesar de la retirada, Sumar continúa expresando su apoyo a los principios detrás del boicot, aunque optando por otros métodos de acción considerados más efectivos y menos controvertidos.
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