Las fuerzas del gobierno han logrado recuperar el control de las regiones alauitas tras un periodo de intensos enfrentamientos. Este avance estratégico marca un importante cambio en el equilibrio de poder en la zona, luego de semanas de conflicto intermitente. La recuperación se produce en medio de preocupaciones internacionales por la situación de los derechos humanos en la región, donde se han reportado episodios de violencia y abuso. Las tropas gubernamentales han establecido puntos de control y realizan patrullas constantes para garantizar la estabilidad y prevenir el resurgimiento de insurgencias en estas áreas críticas.
Un portavoz oficial, citado por la agencia Reuters, reconoció la existencia de «violaciones individuales» por parte de las fuerzas del orden durante estas operaciones. El mismo vocero aseguró que el ejecutivo está tomando medidas para controlar y mitigar estas situaciones, aunque no se aclararon en detalle las acciones específicas previstas para tal fin. La comunidad internacional se mantiene en alerta y sigue de cerca el desarrollo de los acontecimientos, mientras diversas organizaciones pro derechos humanos han solicitado investigaciones independientes para evaluar la magnitud de las presuntas violaciones y asegurar que los responsables rindan cuentas.
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