Investigadores de la Universidad de Boston están liderando un innovador proyecto para equilibrar la eficiencia computacional y los costes eléctricos en los centros de datos de alto rendimiento (HPC). Dada la creciente necesidad de resolver problemas científicos y tecnológicos complejos, estos centros se enfrentan al desafío de gestionar su intensivo consumo eléctrico, con un impacto significativo tanto ambiental como económico.
Ayse Coskun e Ioannis Paschalidis, del Hariri Institute for Computing, han propuesto un conjunto de estrategias para reducir el coste energético manteniendo el rendimiento de los HPC. Sus descubrimientos, publicados en IEEE Transactions on Sustainable Computing, ofrecen soluciones potenciales para esta preocupación crítica.
La infraestructura de un centro de datos no solo depende de la capacidad de los procesadores para ejecutar miles de millones de cálculos por segundo, sino también de los servidores, equipos de red y sistemas de refrigeración, que conjuntamente demandan alta electricidad. Esta necesidad plantea el desafío de implementar modelos energéticos que beneficien tanto al medio ambiente como a las organizaciones.
Los investigadores destacan la oportunidad de impulsar la adopción de energías verdes. Ajustando su consumo, los centros de datos no solo disminuyen sus gastos, sino que también contribuyen a estabilizar las redes eléctricas y facilitan una mayor integración de fuentes de energía renovable, como la solar o la eólica, cuyas producciones son a veces inconstantes.
Entre las propuestas más innovadoras destaca la participación en programas de respuesta a la demanda, que permiten a los centros de datos negociar mejores tarifas energéticas a cambio de reducir su consumo durante picos en la demanda de la red. Estos programas aseguran que las restricciones energéticas afecten mínimamente al rendimiento, permitiendo que incluso las cargas más críticas se gestionen de manera eficiente.
Los modelos propuestos por Coskun y Paschalidis pueden aplicarse en diversos contextos, incluso en países con infraestructuras más limitadas. La gestión inteligente del consumo energético es esencial para adaptarse a precios dinámicos de energía y cumplir con compromisos contractuales en estos entornos.
El proyecto, apoyado por el Hariri Institute y el Institute for Sustainable Energy, avanza hacia una nueva fase de evaluación en mercados energéticos internacionales. Trabajando con Richard Stuebi de la Escuela de Negocios Questrom, los investigadores planean probar estas técnicas bajo condiciones reales para hacer recomendaciones globales.
En conclusión, mientras aumentan las demandas de computación de alto rendimiento, la sostenibilidad de estos sistemas dependerá de la capacidad para optimizar recursos energéticos. Las iniciativas lideradas por la Universidad de Boston buscan un futuro donde la eficiencia computacional y la sostenibilidad energética se integren armónicamente, marcando un nuevo rumbo en el mundo tecnológico.
Más información y referencias en Noticias Cloud.