La irrupción de los robots humanoides es ya una realidad tangible en el ámbito industrial, y su integración en diversas áreas de la producción está redefiniendo el mercado laboral. La cuestión clave que surge es cuánto cuesta el trabajo de estos humanoides, una pregunta que el futurista Dr. Pero Micic ha intentado responder con un análisis detallado.
Micic ha estimado que el costo inicial de operación de un robot humanoide podría alcanzar un techo de 14 dólares por hora. Con la progresión tecnológica y una producción a mayor escala, este costo podría descender incluso por debajo de los 10 dólares por hora a medio plazo.
El análisis establece tres bloques fundamentales para calcular estos costos: producción por unidad, costos anuales de operación y el resultado por hora. Considerando una vida útil de ocho años para estos robots, con 6,600 horas de trabajo anual, y un rendimiento inicial equivalente al 100% de la velocidad humana, el modelo ofrece un enfoque comercial basado en el concepto de Robot-as-a-Service (RaaS).
Al comparar estos robots con trabajadores cualificados, cuyo costo total asciende a 42,53 dólares por hora, la ventaja económica es sustancial. Incluso en el escenario más costoso del análisis, donde el costo por hora es de 13,81 dólares, el ahorro en comparación con un trabajador tradicional asciende a unos 28,72 dólares por hora, representando un ahorro anual de entre 189,539 y 209,039 dólares por robot.
La mayor rentabilidad de los humanoides reside no en su capacidad de superar físicamente los límites humanos, sino en su adaptabilidad a entornos diseñados para humanos, lo que reduce costos de adaptación en infraestructuras ya existentes. Aplicaciones como la logística interna, labores de post-producción y servicios generales son las primeras en beneficiarse.
Sin embargo, existen desafíos que enfrentar. Factores como la seguridad, ciberseguridad y la integración humana pueden afectar su eficacia inicial. A pesar de esto, el modelo económico propuesto por Micic se mantiene robusto, incluso si la productividad inicial ronda solo el 60–70%.
De cara al futuro, se aconseja a las empresas identificar tareas repetitivas que puedan ser automatizadas, medir los ciclos operativos y lanzar pilotos RaaS con objetivos claros de cumplimiento y rendimiento. La transformación hacia un entorno de trabajo automatizado y eficiente podría ocurrir en ciclos cortos de iteración, mostrando que la revolución robótica ya está a la vuelta de la esquina.
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