La optimización de costes en la nube se ha convertido en un desafío crucial para muchas empresas, especialmente aquellas que operan a gran escala. Un ejemplo notable es el de Fathom Analytics, un servicio de análisis web centrado en la privacidad, que logró recortar más de 100,000 dólares anuales en su factura de AWS a través de una serie de ajustes estratégicos en su infraestructura.
Este caso pone de manifiesto los elevados costos de depender exclusivamente de un proveedor de nube pública y sugiere que, en ciertos escenarios, las soluciones de cloud privado o bare-metal pueden ser alternativas viables. Al optar por estas soluciones, las empresas no solo optimizan costos, sino que también evitan el vendor lock-in de grandes plataformas como AWS, Google Cloud o Azure.
A medida que Fathom Analytics expandía sus operaciones, los gastos en AWS crecieron significativamente. Como una empresa independiente sin financiamiento externo, la necesidad de reducir costos sin comprometer el rendimiento era imperativa, especialmente al procesar miles de millones de solicitudes al mes. La infraestructura de Fathom empleaba servicios como Application Load Balancer (ALB), Web Application Firewall (WAF) y AWS Lambda, entre otros, concentrando el foco de optimización en su endpoint de ingesta de datos, responsable de la mayor parte del tráfico y los costos operativos.
Para abordar el problema, Fathom Analytics implementó estrategias que incluyeron la eliminación de logs innecesarios en AWS Lambda, migraciones de operaciones a redes privadas y la desactivación de funciones innecesarias en servicios como S3. Además, ajustaron los TTL en registros DNS para reducir consultas facturables, y movieron la protección WAF a su proveedor de CDN. Estas decisiones permitieron un ahorro total de 109,459 dólares, una reducción del 30% en su factura anual con AWS.
El caso de Fathom Analytics destaca la importancia de gestionar adecuadamente los costos en la nube, ya que pueden escalar rápidamente si no se controlan. Para muchas empresas, la dependencia de AWS, Google Cloud o Azure puede resultar en costos recurrentes elevados. Migrar a soluciones de cloud privado o infraestructura bare-metal ofrece diversas ventajas, como la reducción de costos a largo plazo, mayor control sobre la infraestructura, mejor rendimiento y latencia, así como mejoras en seguridad y cumplimiento regulatorio.
Alternativas como Proxmox, OpenStack o Stackscale, que ofrecen control total y alto rendimiento, representan opciones atractivas para empresas que buscan optimizar su infraestructura. Estos casos refuerzan la necesidad de evaluar continuamente el retorno de inversión y explorar opciones que ofrezcan el mejor equilibrio entre costo, flexibilidad y rendimiento.
En resumen, para organizaciones que dependen en gran medida de la nube pública, evaluar opciones como cloud privado o bare-metal podría resultar en una significativa reducción de costos. La clave está en encontrar un balance óptimo que se adapte a las necesidades específicas del negocio, evitando así gastos innecesarios y asegurando un rendimiento eficiente.