El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emitió una orden ejecutiva que busca identificar y posiblemente deportar a estudiantes y profesores extranjeros involucrados en protestas propalestinas en universidades estadounidenses. Esta medida instruye a los secretarios de Estado, Educación y Seguridad Nacional a colaborar con las instituciones educativas para monitorear e informar sobre actividades que puedan ser consideradas antisemitas. La acción de Trump se centra en las manifestaciones que surgieron en abril de 2024 contra la guerra en Gaza y el apoyo de Estados Unidos a Israel, las cuales duraron aproximadamente tres meses y resultaron en la detención de alrededor de 3.100 personas. Trump justificó la orden subrayando el acoso que, según él, enfrentaron los estudiantes judíos en los campus universitarios, motivando la necesidad de una respuesta contundente.
Sin embargo, esta medida ha generado una respuesta enérgica de organizaciones defensoras de los derechos de los musulmanes, como el Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses, que anunció su intención de impugnar la orden en los tribunales si esta se lleva a cabo. Los manifestantes niegan que sus acciones tuvieran intenciones antisemitas o que apoyaran a Hamás, explicando que protestaban contra la ofensiva militar israelí en Gaza, que ha resultado en más de 47.000 muertes. La decisión de Trump reaviva el debate sobre la libertad de expresión y el derecho a protestar en el entorno universitario, al mismo tiempo que se cuestiona el balance entre seguridad nacional y derechos civiles en el contexto de las políticas migratorias del país.
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