La misión Crew-9, lanzada desde Cabo Cañaveral, arribó a la Estación Espacial Internacional (ISS) el domingo a las 23:32 hora peninsular española, con solo dos astronautas a bordo en lugar de los cuatro originalmente previstos. Este cambio se debe a problemas con la nave Starliner de Boeing, que obligaron a Suni Williams y Butch Wilmore, quienes habían llegado en un vuelo de prueba, a permanecer en la ISS más tiempo del planeado. La NASA decidió esperar hasta que una nave Dragon de SpaceX pueda traer de vuelta a estos astronautas en febrero de 2025. Esta alteración en los planes también forzó a la NASA a reducir la tripulación de Crew-9 y dejar en tierra a dos astronautas, Zena Cardman y Stephanie Williams.
La situación ha generado tensiones entre la NASA y Boeing, especialmente después del regreso sin tripulantes de la Starliner a principios de septiembre, una decisión tomada por precauciones de seguridad. A pesar de que el aterrizaje de la Starliner fue exitoso, la NASA no quedó del todo convencida con los modelos de degradación de propulsores presentados por Boeing. Mientras tanto, SpaceX, la única empresa actualmente operativa en el servicio, también enfrenta sus propios desafíos con los cohetes Falcon 9, cuyo último fallo al caer fuera de la zona prevista después del lanzamiento de Crew-9 ha pausado temporalmente sus lanzamientos. La única alternativa viable sigue siendo las naves Soyuz rusas, aumentando la dependencia internacional en el ámbito espacial. Los recientes cambios han complicado la logística y planificación de la ISS, que ahora alberga a 11 astronautas temporalmente, hasta el regreso de la Crew-8 a principios de esta semana.
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