Naciones Unidas ha confirmado que al menos nueve trabajadores de su agencia de ayuda humanitaria, UNRWA, participaron en la masacre de civiles judíos perpetrada por Hamás el 7 de octubre del año pasado, en la que murieron más de 300 personas. Esta investigación, llevada a cabo por la Oficina de Servicios de Supervisión Interna de la ONU, afectó a 19 empleados, de los cuales solo uno ha sido exculpado completamente. Doce países, entre ellos Reino Unido y Estados Unidos, suspendieron sus aportes económicos a la UNRWA tras las denuncias de Israel, aunque España mantuvo su financiamiento. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha declarado el informe confidencial, lo que no ha satisfecho al Gobierno de Netanyahu, que considera la investigación insuficiente y cree que la infiltración de Hamás en la UNRWA es más profunda.
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