En el marco del Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, las Naciones Unidas han alertado sobre la urgente necesidad de acelerar los esfuerzos para erradicar esta práctica que afecta a millones de mujeres y niñas en todo el mundo. Según estimaciones, si no se toman medidas inmediatas, 27 millones de niñas podrían ser sometidas a la mutilación genital para el año 2030.
La mutilación genital femenina (MGF), definida como cualquier procedimiento que implica la extirpación parcial o total de los genitales externos femeninos por razones no médicas, ha sido señalada por el Secretario General de la ONU, António Guterres, como «una de las manifestaciones más brutales de la desigualdad de género». Actualmente, más de 230 millones de mujeres y niñas son supervivientes de esta práctica inhumana.
Las agencias de la ONU, incluyendo la UNFPA y UNICEF, han reiterado que esta práctica carece de beneficios para la salud y expone a las mujeres y niñas a serios riesgos de infecciones, complicaciones durante el parto, dolor crónico y traumas psicológicos. Guterres destaca la eliminación de esta violación de los derechos humanos como una causa urgente y viable que debe ser atendida con celeridad.
Desde el año 2008, el Programa Conjunto UNFPA-UNICEF para la Eliminación de la MGF ha brindado servicios de prevención y protección a casi siete millones de mujeres y niñas, y ha formado a más de 112,000 trabajadores comunitarios. A pesar de estos avances, solo siete de los 31 países con datos recopilados están en camino de cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible que busca poner fin a esta práctica para el 2030.
La posible derogación de la prohibición de la MGF en Gambia podría amenazar los progresos obtenidos, ejemplificando la fragilidad de los avances contra esta violación de derechos. Bajo el lema «Acelerar el ritmo», la ONU busca revitalizar los esfuerzos globales para eliminar la MGF y derribar las normas sociales que la sustentan.
Guterres ha llamado a fortalecer el movimiento global contra creencias y estereotipos de género perjudiciales. Un elemento esencial en esta lucha es el Pacto para el Futuro, un compromiso asumido por los Estados miembros de la ONU en septiembre, enfocado en eliminar la MGF y otras formas de discriminación de género.
La falta de acción en este tema no solo impacta a las víctimas, sino que también representa un desafío económico para los sistemas de salud pública. Se estima que el tratamiento de las complicaciones derivadas de la MGF cuesta alrededor de 1,400 millones de dólares anuales. Las secuelas emocionales y psicológicas tienen un efecto devastador en la educación y el bienestar de las supervivientes a lo largo de sus vidas.
Con menos de cinco años para alcanzar el objetivo de 2030, la ONU insta a fortalecer las alianzas y aumentar las inversiones en la lucha contra la MGF. Guterres culmina su mensaje con un sentido de urgencia: es momento de unir fuerzas para asegurar un futuro más justo y saludable para todas las mujeres y niñas del mundo.