La ONU ha denunciado que tropas israelíes irrumpieron con tanques en una base de la misión de paz Unifil en el sur de Líbano, elevando la tensión en la región. La incursión, que tuvo lugar durante la madrugada, fue seguida de una demanda del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien pidió al organismo internacional retirar a los cascos azules del área, acusándolos de ser utilizados como «escudos humanos» por la milicia chií Hezbolá. La Unifil, compuesta por unos 10,000 militares, incluyendo más de 650 españoles, expresó su preocupación por la infracción de su inviolabilidad y el riesgo para la seguridad de sus efectivos. En paralelo, se reportaron ataques con drones en la localidad israelí de Binyamina, atribuidos a Hezbolá, que dejaron más de 60 heridos, intensificando aún más la crisis.
La postura de Israel ha generado críticas de más de 30 países que integran la misión de paz, quienes han reafirmado su apoyo a la Unifil y condenado la escalada de violencia en una carta pública. En medio de esta tensión, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, instó a militares a evitar el retorno de Hezbolá a zonas cercanas a la frontera, declarándolo esencial para la seguridad del área. A medida que la situación se deteriora, los ataques entre las fuerzas israelíes y Hezbolá continúan en una región marcada por el conflicto histórico y la reciente violencia, que ha cobrado miles de vidas desde el inicio de las hostilidades en octubre de 2023.
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