Italia enfrenta una nueva jornada de tensión con la convocatoria de una huelga general en solidaridad con Gaza, en protesta por el reciente asalto de Israel a una flotilla humanitaria. Esta acción sigue a una huelga similar ocurrida el 22 de septiembre, que paralizó el país. En medio de esta situación, una flotilla de 11 naves con destino a Gaza ha salido desde Creta, transportando 18 toneladas de ayuda humanitaria, además de médicos y periodistas. La expedición, que incluye a pasajeros de 25 países, busca romper el bloqueo israelí a la Franja, después de que Israel interceptara una misión previa. La embarcación más significativa, el buque Conscience, partió de Italia recientemente, simbolizando el compromiso continuado de las organizaciones involucradas.
El contexto político italiano es tenso, con críticas hacia el gobierno de Giorgia Meloni. Las acusaciones de irresponsabilidad dirigidas a los participantes de la flotilla se han enfrentado con una creciente oposición y el respaldo del movimiento sindical a la huelga. La falta de autorización oficial para el paro no ha detenido su implementación, y se esperan manifestaciones en 100 ciudades del país. Líderes sindicales como Maurizio Landini han defendido la legitimidad de la protesta, mientras que figuras políticas de la oposición, como Elly Schlein, han manifestado su apoyo a los trabajadores. La situación refleja un escenario de pugna entre el gobierno de derecha y fuerzas opositoras que critican la postura gubernamental frente a la crisis humanitaria en Gaza.
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