Los ácidos grasos omega-3 tienen una influencia notablemente positiva en el proceso de envejecimiento, ya que ayudan a mantener una función cerebral óptima, promueven una buena salud cardiovascular y benefician tanto la salud ósea como la ocular. Factores como el estrés, enfermedades, contaminación y la oxidación natural del cuerpo son contribuyentes importantes al envejecimiento.
A medida que los años avanzan, la preocupación por mejorar la calidad del envejecimiento y reducir su impacto negativo se convierte en una prioridad. Esta necesidad ha llevado a un aumento significativo en el interés por un estilo de vida saludable, la práctica regular de ejercicio físico y una alimentación equilibrada. Según el último estudio realizado por Juice Plus+, «Acortar distancias hacia una vida más saludable», el 37% de los adultos españoles informa haber incrementado el consumo de frutas y verduras comparado con su juventud, reflejando una creciente atención hacia la salud personal.
Combatir los factores que aceleran el envejecimiento y promover un «happy aging» requiere una dieta adecuada, buen descanso y actividad física frecuente. En este contexto, es crucial priorizar la ingesta de alimentos con componentes antiinflamatorios y antioxidantes, como las vitaminas A, C y E, minerales como el zinc, magnesio y selenio, y especialmente, los ácidos grasos omega-3, 6 y 9.
El omega-3 se destaca por su capacidad para ofrecer beneficios significativos en la ralentización del envejecimiento, como la mejora de la salud cardiovascular mediante la reducción de triglicéridos y presión arterial y la disminución de placas ateroscleróticas. También contribuye a mantener una función cerebral en óptimas condiciones, lo que disminuye el riesgo de enfermedades degenerativas y frena el deterioro cognitivo asociado con la edad.
Adicionalmente, las propiedades antiinflamatorias del omega-3 pueden ayudar a mitigar síntomas de condiciones inflamatorias como la artritis. Este ácido graso también juega un papel en la prevención de la degeneración macular, una de las principales causas de ceguera en personas mayores, y fortalece el sistema inmunológico para combatir infecciones. En el ámbito de la salud ósea, el omega-3 podría contribuir a mejorar la masa ósea.
Estos nutrientes se encuentran en alimentos como pescados grasos (salmón, sardinas), nueces, semillas de chía y lino, edamames y algas. Para garantizar una ingesta óptima, una opción viable es recurrir a suplementos alimenticios. Juice Plus+, por ejemplo, ofrece «Omega+», una combinación de origen vegetal que incluye ácidos grasos omega-3, 7 y 9, vitamina D, zinc, luteína y licopeno. Este suplemento se posiciona como un robusto apoyo para mejorar aspectos como el deterioro cognitivo, la visión y la salud ósea y muscular.
Paula Sáiz de Bustamante, farmacéutica experta en nutrición y colaboradora de Juice Plus+ en la promoción de hábitos saludables, subraya que «vivir el envejecimiento de manera saludable requiere una buena alimentación a lo largo de la vida, disponiendo de una óptima nutrición diaria con suficientes nutrientes, incluyendo antioxidantes y antiinflamatorios. Cuidar la alimentación afecta directamente al disfrute de la vida, el rendimiento físico y la interacción social, elementos esenciales con el paso de los años».