El precio del aceite de oliva en origen ha experimentado un descenso significativo tras alcanzar máximos históricos la campaña pasada, situación que ha generado preocupación entre los agricultores. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha denunciado ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) una posible manipulación artificial de los precios. Según un estudio realizado por universidades andaluzas y el IFAPA, existe un desfase de más de dos euros por kilo entre el precio real y el estimado justo, sugiriendo prácticas desleales por parte de algunos operadores del mercado. Esta situación podría estar en violación de la Ley de Defensa de la Competencia, que prohíbe los acuerdos de fijación de precios que falsean la competitividad.
Las pérdidas económicas para los olivareros son considerables, con estimaciones de hasta 2.800 millones de euros en esta campaña si la situación persiste. La COAG crítica la inacción con respecto a herramientas de estabilización del mercado, sugiriendo medidas como el almacenamiento temporal de producto, que permanece sin aplicar desde 2021. En paralelo, durante el comité consultivo del Consejo Oleícola Internacional en Úbeda, se destacó la incertidumbre creada por las guerras comerciales, aunque se reconoció que el consumo de aceite de oliva, especialmente en Estados Unidos, sigue en aumento. La situación exige una respuesta rápida para proteger a los productores afectados por estos desequilibrios de mercado.
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