Los oftalmólogos han avanzado en la detección de diversas enfermedades sistémicas a través de señales observadas en los órganos oculares. La posibilidad de identificar afecciones como hipertensión, diabetes, problemas cardíacos y hepáticos, e incluso tumores, está transformando la práctica oftalmológica en una herramienta crucial para la detección temprana de estos problemas de salud. Esto es posible gracias a la observación de alteraciones específicas en diferentes partes del ojo, como la retina, el nervio óptico y los vasos sanguíneos, que pueden reflejar cambios significativos en otros sistemas del cuerpo.
Esta nueva capacidad diagnóstica resalta la importancia de los exámenes oculares regulares, no solo para la salud visual, sino también como un método preventivo ante posibles enfermedades graves. La detección temprana a través del ojo puede conducir a tratamientos más efectivos y a una mejor gestión de condiciones que, de otro modo, podrían permanecer ocultas hasta etapas más avanzadas. Con estos avances, la oftalmología está expandiendo su alcance, posicionándose no solo como una disciplina dedicada a la visión sino como una aliada integral en el cuidado de la salud general.
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