Mañana sábado, la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT) ampliará su flota con la incorporación de 80 recién formados conductores de autobús, marcando otro hito en su esfuerzo continuo por mejorar los servicios de transporte urbano. Estos profesionales, que completaron un riguroso curso de capacitación de cinco semanas sumando un total de 175 horas, se suman al equipo de EMT en un año ya notable por la inclusión de 160 nuevos conductores.
Este último grupo, antes de recibir sus asignaciones, ha sido sometido a intensivas pruebas teóricas y prácticas, así como a exámenes médicos indispensables. Su formación ha contemplado no solo aspectos técnicos, sino también entrenamiento en condiciones de conducción tanto con pasajeros como sin ellos, lo que garantiza su preparación integral para enfrentar los desafíos diarios del transporte en una ciudad tan dinámica como Madrid.
Desde finales de 2019, EMT Madrid ha incorporado a 1.834 conductores a su plantilla, reflejando un compromiso constante por mejorar las capacidades del transporte público de la capital. Las cifras de contratación han sido significativas año tras año: 369 en 2024, 322 en 2023, 280 en 2022, 252 en 2021 y 358 en 2020. Durante los dos últimos meses de 2019, también hubo 93 nuevas incorporaciones.
Este esfuerzo continuo no solo busca potenciar la eficiencia del transporte público, sino también contribuir a los objetivos de la Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360, promovida por el Ayuntamiento de Madrid. Esta estrategia tiene como una de sus metas principales la promoción de la movilidad sostenible, disminuyendo la huella de carbono y mejorando la calidad de vida de los ciudadanos mediante un transporte seguro, moderno y accesible.
Con estas iniciativas, Madrid no solo refuerza su red de transporte público sino que también afianza su papel como líder en la implementación de prácticas sostenibles a nivel europeo, consolidando una ciudad más saludable y amigable para todos sus habitantes. En un mundo donde la sostenibilidad se ha vuelto crítica, el compromiso de la capital española sirve como un ejemplo poderoso de cómo las ciudades pueden adaptarse y responder a las necesidades del siglo XXI.
