La última luna llena de la primavera, conocida como la «luna de fresa», alcanzará su máximo esplendor a las 09.44 horas del 11 de junio, hora peninsular española. Este fenómeno no recibe su nombre por el color del satélite, sino por una tradición de los pueblos indígenas americanos que la relacionaban con la cosecha de fresas en Estados Unidos. Este año, la luna ha llegado a su posición más al norte en su órbita, a 28.6 grados, un fenómeno que no se repetirá hasta 2043. Desde Madrid, se recomienda contemplarla en torno a las 21.30 horas, según el Planetario de Madrid.
A pesar del notable nombre, a simple vista, esta luna llena aparentará ser como cualquier otra, aunque estará cinco grados más baja de lo habitual, un evento no visto desde 2006. César González, del Planetario de Madrid, indica que este desplazamiento será prácticamente imperceptible a simple vista, pero sugiere utilizar telescopios o prismáticos para apreciarla mejor, ya que ofrecerá una vista en «relieve», según describe. Javier Licandro, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias, añade que debido al movimiento de precesión de los nodos lunares, este fenómeno ocurre cuando se alinean con los solsticios terrestres.
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