El espectáculo astronómico de las perseidas, también conocidas como las lágrimas de San Lorenzo, se espera que alcance su máximo esplendor la noche del 12 de agosto. Este fenómeno anual, originado de la cola del cometa Swift-Tuttle, ofrece una lluvia de meteoros visible en el hemisferio norte. Durante este evento, millones de partículas de polvo y gas atraviesan el cielo a velocidades de 60 kilómetros por segundo, generando brillantes destellos al desintegrarse en la atmósfera terrestre. Sin embargo, este año la visibilidad de los meteoros podría verse afectada por la luna llena, que actuará como una fuente de contaminación lumínica.
Para disfrutar de este fenómeno, los expertos recomiendan buscar lugares alejados de la contaminación lumínica, como áreas rurales o montañas. En las Islas Canarias, las cumbres de Tenerife y La Palma son consideradas ubicaciones privilegiadas, mientras que en la península ibérica las zonas rurales son preferibles. Es aconsejable observar sin el uso de telescopios o prismáticos, simplemente tumbándose en el suelo y observando el cielo a simple vista. A pesar de las dificultades que la luna pueda presentar este año, la lluvia de perseidas sigue siendo una oportunidad única para conectarse con el universo y disfrutar de la maravilla del cielo estrellado.
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