El ambicioso proyecto de transformación urbana conocido como Parque Ventas ya tiene fecha de inicio para sus obras, programadas para la próxima semana. Así lo anunció la delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, tras la última Junta de Gobierno. Esta iniciativa pretende revolucionar el paisaje urbanístico de los distritos de Salamanca y Ciudad Lineal, creando un nuevo espacio sobre la M-30 que favorecerá la interconexión y la sostenibilidad.
La ejecución del plan, llevada a cabo por el Área de Obras y Equipamientos, implica una inversión de 78,9 millones de euros, cifra que resulta casi nueve millones inferior al presupuesto base de licitación. Los ajustes incorporados, valorados en 7 millones de euros, han permitido mejorar el proyecto inicial, aumentando el número de árboles a plantar a 960, casi 400 más de los previstos inicialmente. La inclusión de una pantalla vegetal de cipreses servirá además para mitigar el impacto acústico en las viviendas cercanas.
Una de las principales preocupaciones durante la planificación de las obras ha sido minimizar la interrupción del tráfico en la M-30. Para lograrlo, se ha optado por cimentaciones menos numerosas y de mayor diámetro, así como por la instalación de pilas prefabricadas en horario nocturno.
Este espacio sobre la M-30, de 16.370 metros cuadrados, contará con zonas peatonales, ajardinadas y de ocio, que incluirán elementos deportivos y recreativos, áreas de descanso y mejoras lumínicas con tecnología LED. Ocho pasarelas conectarán ambos lados de la M-30, facilitando el acceso y proporcionando nuevas áreas verdes y peatonales a los residentes de ambas zonas.
Además de la plataforma principal, el proyecto abarca mejoras significativas en las áreas adyacentes, sumando un total de 56.600 metros cuadrados de intervención. En el distrito de Salamanca, se revitalizarán los parques y se mejorarán las conexiones viales, mientras que en Ciudad Lineal se recuperarán espacios en desuso y se mejorará la conexión con el barrio de Ventas.
El comienzo de estas obras marca un paso crucial en la renovación urbanística de Madrid, apostando por un modelo de ciudad más verde y conectada, diseñado para mejorar tanto el entorno urbano como la calidad de vida de sus habitantes.