La Conferencia Episcopal Española ha destacado su preocupación por la persistencia de prácticas discriminatorias en la sociedad. En una reciente declaración, subrayan que en una democracia saludable, donde se respetan los derechos humanos y la igualdad, no deberían existir actos de discriminación. La iglesia enfatiza la importancia de garantizar que todas las personas sean tratadas con justicia y equidad, independientemente de su origen, creencias o cualquier otra característica personal. Esta postura refuerza el compromiso de la institución con la promoción de los valores cristianos que abogan por la inclusión y el respeto mutuo.
La declaración se produce en un contexto sociopolítico donde los debates sobre discriminación y derechos humanos son cada vez más prominentes. La Conferencia Episcopal hace un llamado a las autoridades, organizaciones y ciudadanos para trabajar juntos en la construcción de una sociedad más inclusiva. Insisten en que el diálogo y la colaboración son esenciales para superar las barreras que aún existen y que perjudican la convivencia pacífica. La Iglesia Católica se ofrece como un aliado en esta causa, reiterando su disposición a contribuir en la promoción de políticas que fomenten la igualdad y la cohesión social.
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