La compañía NVIDIA ha anunciado una inversión de hasta 2.000 millones de dólares en xAI, la empresa de inteligencia artificial liderada por Elon Musk y conocida por su superordenador Grok. Esta operación se inscribe en una megarronda que alcanza los 20.000 millones de dólares, combinando capital y deuda. Uno de los elementos centrales de esta estructura es un vehículo de propósito especial (SPV) que adquirirá GPUs de NVIDIA para alquilárselas a xAI durante un periodo de cinco años, facilitando así el desarrollo del superordenador Colossus 2.
Este movimiento estratégico de NVIDIA ocurre poco después del anuncio de OpenAI y AMD sobre un acuerdo para desplegar 6 GW de GPUs Instinct en una estrategia que permite a OpenAI obtener hasta un 10% del capital de AMD a un precio simbólico, condicionado al cumplimiento de metas específicas de entrega.
La fórmula de estas inversiones parece consolidar un nuevo estándar en el sector tecnológico: las alianzas «capital + suministro», que aseguran infraestructura y demanda en un mercado de acelerada competencia.
Por parte de xAI, la operación está destinada a amarrar el acceso a GPUs en un contexto de alta demanda y limitaciones en el suministro. La estrategia de financiación se caracteriza por mezclar deuda colateralizada con hardware y una participación activa del proveedor, un modelo que algunos analistas denominan «financiación circular». Sin embargo, este enfoque plantea interrogantes sobre posibles impactos regulatorios, como la distorsión de competencia o precios.
En simultáneo, el acuerdo entre OpenAI y AMD se destaca no solo por el volumen de la operación, sino por una opción financiera que podría resultar en una significativa participación de OpenAI en AMD, nuevamente condicionada al cumplimiento de ciertos hitos.
En el trasfondo de estas operaciones, diversos actores del mercado consideran que tales estrategias contribuyen a asegurar la demanda mientras reducen riesgos asociados a la ejecución de proyectos. Aunque NVIDIA se afianza con estas maniobras, AMD se posiciona como un actor competitivo clave al diversificar su base de clientes más allá del dominio de NVIDIA. No obstante, el verdadero cuello de botella parece estar en la infraestructura energética necesaria para sostener estas expansiones a gran escala.
El paralelismo con antiguas prácticas de vendor financing resuena en la industria. Aunque esta vez, los participantes cuentan con capacidades financieras más sólidas, los reguladores han puesto la lupa en posibles conflictos de interés, condiciones de leasing y la concentración del mercado. En los meses venideros, se observarán de cerca los avances de xAI con Colossus 2 y los progresos de OpenAI en su alianza con AMD, así como las repercusiones en la cadena de suministro de estos movimientos estratégicos.
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