En un movimiento que sacude la industria tecnológica, Nvidia ha anunciado una inversión de 5.000 millones de dólares en su rival histórico, Intel. Este acuerdo se traduce en la adquisición del 4% del capital de Intel y en una alianza estratégica para el desarrollo conjunto de chips para ordenadores personales y servidores. La noticia generó una fuerte reacción en los mercados, con acciones de Intel disparándose más de un 28% en el Nasdaq, alcanzando máximos anuales, y las de Nvidia incrementándose cerca de un 4%. La colaboración busca integrar la tecnología gráfica de Nvidia en los chips de Intel para PC, reforzando así sus posiciones frente a AMD, el gran competidor en el mercado de los chips gráficos y de computación general.
La transacción se inscribe en un contexto de reestructuración para Intel, que ha enfrentado una prolongada crisis financiera. Recientemente, el gobierno de Donald Trump acordó la adquisición del 10% de Intel como parte de un esfuerzo para revitalizar la compañía estadounidense. Además, Intel ha obtenido una inversión sorpresa de 2.000 millones de dólares del grupo japonés Softbank y está recaudando fondos mediante la venta de activos. A pesar de las dificultades, las expectativas son positivas, con ambos socios comprometidos a impulsar la próxima era de la computación, combinando las fortalezas de Nvidia en inteligencia artificial con las capacidades de Intel en procesadores y fabricación.
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