Un reciente estudio advierte sobre los peligros del consumo de aceite de girasol recalentado, un ingrediente cada vez más común en la dieta debido al alto costo del aceite de oliva. Investigaciones señalan que este aceite, cuando se reutiliza, puede ser perjudicial para el cerebro, el hígado y el colon. El estudio reveló un aumento en la neurodegeneración y daños significativos en el hígado y el colon de ratas alimentadas con aceites recalentados, en comparación con aquellas con una dieta normal. Este fenómeno se debe a la desregulación del eje hígado-intestino-cerebro, esencial para la salud neurológica. Los hallazgos subrayan la importancia de moderar el uso de aceites recalentados para prevenir posibles riesgos para la salud.
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