Un avión de GlobalX aterrizó en La Habana este jueves con 104 pasajeros deportados desde Estados Unidos, en medio de tensiones renovadas entre ambos países después de que la administración Trump retomara una política de mano dura hacia Cuba. Este es el segundo vuelo de deportados aceptado por el gobierno cubano desde que Trump volvió a la presidencia, pese a que el primero, ocurrido en enero, no fue anunciado públicamente hasta ahora. El Ministerio del Interior de Cuba ha confirmado la llegada del vuelo, informando que se trata de 84 hombres, 19 mujeres y un menor de edad. Las autoridades cubanas destacaron que una persona fue detenida al llegar por estar presuntamente involucrada en actividades delictivas antes de abandonar el país, mientras que otras dos fueron arrestadas por haber emigrado ilegalmente. Este operativo se enmarca dentro de una política migratoria que sigue buscando mantener el compromiso de una migración regular, ordenada y segura.
El incremento de vuelos de deportación desde Estados Unidos se produce bajo un contexto de relaciones tensas, después de que Trump incluyera nuevamente a Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo y aplicara medidas restrictivas que complican aún más la ya difícil situación económica de la isla. El gobierno cubano, aunque asegurando su compromiso de recibir vuelos de deportados de manera mensual, ha optado por procedimientos selectivos y cuidadosos en la recepción de sus ciudadanos desde el extranjero. Mientras múltiples casos de migrantes que han sido detenidos o deportados siguen saliendo a la luz, organizaciones de derechos humanos y abogados de migración señalan que algunas de las personas deportadas no presentan antecedentes criminales. El panorama se complica con rumores y testimonios sobre fuertes redadas en Miami, mientras la comunidad cubana continúa en alerta por temor a nuevas deportaciones en masa.
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