La bolsa FRAKTA de IKEA, con su característico color azul y amarillo, ha sido durante décadas el producto más vendido y simboliza la accesibilidad y funcionalidad de la marca sueca en todo el mundo. Reconocida por ser económica, práctica y resistente, esta bolsa ha acompañado a millones de clientes en diferentes etapas de sus vidas, desde compras diarias hasta mudanzas, convirtiéndose en un elemento indispensable en muchos hogares. Con un precio de tan solo 0,75 céntimos, su popularidad ha ido en aumento, consolidándola como un ícono de diseño funcional. Sin embargo, IKEA ha decidido presentar una nueva versión, llamada RESTEN, que ha suscitado opiniones divididas entre su fiel clientela.
RESTEN ha sido introducida inicialmente en Singapur como parte de una campaña dirigida a una sociedad afectada por la falta de sueño. Con un diseño multifuncional, acolchado y más pequeño, busca servir como un bolso de mano que se convierte en almohada portátil, apelando a las necesidades específicas de sus usuarios. A pesar de ser una propuesta innovadora, ha surgido un debate sobre si esta nueva bolsa podrá competir con la clásica FRAKTA, en particular en términos de practicidad y funcionalidad. IKEA ha asegurado que el modelo original no desaparecerá, calmando los temores de aquellos que valoran profundamente su tradición. Queda por ver si RESTEN será un complemento definitivo en el catálogo de IKEA o si su impacto quedará limitado a ser una anécdota curiosa en la historia de la empresa.
Leer noticia completa en OK Diario.