La reciente bonificación al 50% del impuesto de donaciones en las relaciones familiares de segundo y tercer grado, que abarca principalmente a hermanos, tíos y sobrinos, está generando un notable impulso en los procedimientos para el traspaso de tierras entre generaciones. Esta medida ha sido bien recibida por muchas familias que, hasta ahora, enfrentaban significativos obstáculos económicos para realizar estos traspasos. El objetivo principal de esta iniciativa es facilitar el relevo generacional en propiedades rurales, asegurando que continúen en el entorno familiar y evitando así su fragmentación o venta a terceros debido a la carga fiscal. Además, este cambio busca paliar el envejecimiento del sector agroganadero, fomentando que las nuevas generaciones se involucren en el manejo y desarrollo de estas propiedades.
Desde la implementación de esta bonificación, diversas entidades del ámbito rural han señalado su potencial para revitalizar el entorno agrario, incentivando el arraigo de los jóvenes en sus localidades de origen. Se espera que esta medida no solo promueva una mayor cohesión familiar respecto a la gestión de tierras, sino que también contribuya a dinamizar la economía rural, creando nuevas oportunidades laborales y potenciando la innovación agrícola. No obstante, algunos expertos advierten que, a pesar de los beneficios inmediatos, será crucial complementar esta política con iniciativas adicionales que aseguren la sostenibilidad a largo plazo del campo español, abarcando desde incentivos para la modernización tecnológica hasta mejoras en la infraestructura rural.
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