La demencia, una enfermedad que afecta a millones de personas a nivel global, sigue siendo un desafío creciente para la salud pública. Se estima que el número de afectados alcanzará los 150 millones en los próximos años debido, en parte, al aumento de la esperanza de vida. Sin embargo, investigaciones recientes han revelado una conexión entre las pesadillas recurrentes y un mayor riesgo de sufrir deterioro cognitivo o enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson. Un estudio publicado en The Lancet destaca que las pesadillas en la infancia podrían tener repercusiones significativas, aumentando la probabilidad de desarrollar Parkinson a los 50 años.
El Parkinson, la segunda enfermedad neurodegenerativa más prevalente en España después del Alzheimer, afecta a casi 200,000 personas y se caracteriza por temblores, falta de coordinación y rigidez. Síntomas como el trastorno del sueño REM se manifiestan años antes de un diagnóstico clínico. El vínculo entre las pesadillas y el Parkinson subraya la importancia de una detección temprana. Investigaciones de la Universidad de Birmingham sugieren que un 20% menos de dopamina en afectados por trastornos del sueño REM refuerza la hipótesis de su relación con la enfermedad. Abordar las pesadillas en la niñez podría, por ende, convertirse en una estrategia preventiva contra la demencia y el Parkinson.
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