El gobierno ha anunciado la implementación de un real decreto que impondrá restricciones significativas en la disponibilidad de productos poco saludables en las máquinas expendedoras de instituciones educativas. A partir del próximo curso escolar, se limitará drásticamente la oferta de alimentos fritos, productos precocinados y carnes procesadas, mientras que la bollería y las bebidas azucaradas serán completamente eliminadas de estas máquinas. Esta medida forma parte de un esfuerzo más amplio para promover hábitos alimenticios saludables entre los estudiantes, en respuesta a crecientes preocupaciones sobre la salud juvenil y la obesidad.
Además, el decreto establece que esta transformación no supondrá un aumento en los costos para las familias. Los precios de los productos ofrecidos en las máquinas expendedoras deberán permanecer constantes pese a las modificaciones en la oferta. Las escuelas se preparan para implementar estos cambios, que se espera tengan un impacto significativo en la dieta diaria de los alumnos. La iniciativa ha sido recibida con apoyo por parte de organizaciones de salud y padres, aunque algunos proveedores han expresado su inquietud por el desafío logístico que representa modificar la oferta sin incidir en los precios de venta.
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