La serie británica «Black Mirror», conocida por sus distopías tecnológicas que dejaron a los espectadores reflexionando sobre el impacto de una tecnología fuera de control, ha dado un giro en su séptima temporada, adaptándose a un contexto en el que la inteligencia artificial y sus desafíos éticos son parte del paisaje cotidiano. Esta nueva entrega, compuesta por seis episodios, sigue explorando los dilemas de la tecnología, pero ahora desde una perspectiva más emocional, centrándose en lo que verdaderamente nos hace humanos. Charlie Brooker, el creador de la serie, ha señalado que esta temporada es más nostálgica y reflexiva, rescatando la carga emocional de episodios icónicos como «San Junípero».
Entre los destacados de esta temporada figura el episodio «Hotel Reverie», que propone una innovadora narración donde se reinterpreta una película clásica de los años cuarenta en un scenrio más diverso y contemporáneo. Otra pieza notable es «Gente corriente», protagonizada por Rashida Jones y Chris O’Dowd, que presenta una alegoría sobre el sistema de salud privado, llevándonos de la risa a la tragedia. La serie continúa combinando lo viejo con lo nuevo, mezclando recuerdos y emociones con actuales preocupaciones tecnológicas, dejando de lado parte de su tradicional enfoque distópico para ofrecer una experiencia que, aunque más serena, sigue invitando a la reflexión sobre nuestra relación con la tecnología y entre nosotros.
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