El banco ha reconocido que el único factor que podría influir en una posible fusión en el sector financiero es la implementación de un impuesto especial a la banca. Este gravamen, anunciado por el gobierno, podría afectar los plazos para llevar a cabo una eventual integración entre las entidades, tal como han señalado fuentes cercanas a la situación. A pesar de que la medida fiscal está destinada a recaudar fondos para proyectos sociales y de infraestructura, las instituciones bancarias están evaluando el impacto que una carga adicional de este tipo podría tener en sus finanzas y en sus planes de expansión y consolidación.
Mientras las negociaciones para una posible fusión avanzan, el impuesto especial se erige como un obstáculo significativo, ya que introduciría una nueva variable en las proyecciones económicas de los bancos implicados. La incertidumbre en torno a la exactitud y el alcance de este impuesto ha generado un ambiente de cautela, con analistas financieros sugiriendo que esto podría llevar a los bancos a revaluar sus estrategias de crecimiento. En este contexto, el sector bancario observa de cerca las decisiones gubernamentales con respecto a este impuesto, conscientes de que cualquier retraso en su implementación podría modificar los tiempos previstos para la fusión, pero también abrir oportunidades para renegociar términos en mejores condiciones fiscales.
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