La declaración de la renta se ha convertido en un desafío para muchas familias con hijos menores, sobre todo cuando los padres están separados y comparten la custodia. Esta circunstancia común genera interrogantes sobre cómo proceder correctamente para aprovechar las deducciones fiscales y evitar equívocos.
La normativa de la Agencia Tributaria es clara: en ausencia de un acuerdo documentado sobre quién incluirá a los hijos en una declaración conjunta, ambos padres deben optar por tributar de manera individual. De esta forma, se pierde la posibilidad de aplicar la reducción por tributación conjunta de 2.150 euros.
Si ambos progenitores deciden presentar la declaración conjunta incluyendo a los hijos sin un acuerdo previamente probado, Hacienda puede intervenir. En tales casos, la Agencia obligará a todos los involucrados, tanto padres como hijos, a realizar declaraciones individuales, eliminando cualquier reducción aplicada de forma indebida. Solo se permite una declaración conjunta con los hijos si existe un acuerdo entre las partes en una custodia compartida.
Sin embargo, hay deducciones que ambos progenitores pueden aplicar, según ha confirmado la Dirección General de Tributos, como el mínimo por descendiente y la deducción por familia numerosa. Para ello, es imprescindible cumplir ciertos requisitos y contar con acuerdos previos.
Ante la ausencia de consenso, se aconseja a los padres realizar la declaración de renta individualmente para evitar conflictos con Hacienda. La ley prohíbe que una persona sea parte de dos unidades familiares simultáneamente en el mismo periodo fiscal, lo que impide la inclusión de los hijos en declaraciones conjuntas de ambos padres al mismo tiempo.
Una buena planificación, registrar acuerdos y alternar anualmente la inclusión de hijos en las declaraciones conjuntas son estrategias recomendadas para simplificar este proceso y reducir la carga fiscal.